Boda de Inma y Javi

Su rincón de paraiso

Hay personas que sin duda están hechas para estar juntas desde que nacen. Es el caso de Inma y Javi, una pareja que se complementa, se ayuda y se quiere por encima de todas las cosas. Cuando dicidieron casarse nosotros fuimos los fotógrafos de boda elegidos para acompañarles en su gran día.

La preboda fue en Aguilar de Campoo, en Palencia, donde creció Javi. No conociamos de este modo el pueblo, puesto que pasar por su calle central era habitual en los viajes, por lo que nos sorprendió descubrir: un impresionante embalse de aguas cristalinas, una inmensa chopera, una cueva con un altar escondido y una arquitectura sorprendente. En su forma de ser, Inma y Javi, son alegres, divertidos y muy estrobertidos. Que fácil resulta ser fotógrafo cuando la pareja se presta a tus peticiones, colabora y disfruta con tu trabajo.

La boda se celebró en la Finca Puentes Medina, en Hornillos de Eresma, Valladolid. Allí mismo, se prepararon los novios para la ceremonia.

Inma no podía contener la risa de los nervios que tenia mientras se preparaba. Un precioso peinado, un suave maquillaje y “Mamá, ayúdame a ponerme el vestido que te necesito”. Mientras Javi se colocaba la corbata, abotonaba su chaleco y abrazaba a sus padres con todo el cariño del mundo.

La ceremonia civil fue dirijida por Olga, la hermana de Javi quien no pudo negarse a la petición de los novios para que les casara. Entre lágrimas y sonrisas, Javier e Inmaculada se juraron amor eterno frente a sus familiares y amigos. Un gran beso selló este momento y un gran baño de arroz le dió color.

Hicimos un pequeño reportaje puesto que sabíamos que con ellos haríamos una gran postboda (y así fue). Aunque nos dio tiempo a realizar una fotos preciosas por la complicidad que tenían entre ellos y los maravillosos espacios que nos proporcionó aquel idílico lugar.

Comieron, bebieron y disfrutaron durante horas hasta que llegó el baile. Normalmente, el primer baile es un momento íntimo que transporta a los novios a un pequeño paraíso donde sólo están ellos pero en este caso no. Para Inma y Javi el baile fue un momento culminante de fiesta, alegría y de seguir la celebración con todos. De hecho nunca he visto volar una cola de vestido de novia tan alto como ese día.

Para rematar un día fantástico, no dejaron de divertirse, reír y disfrazarse en el photocall en el que participaron grandes y pequeños.

La postboda tuvo varias partes porque estos novios disfrutaban de ponerse sus mejores galas y no querian dejar de tener las mejores fotografías en las increibles localizaciones que completarían un reportaje espectacular.

La primera parada fue en el momento perfecto, en el lugar perfecto. Justo los días en que los cerezos rompen en flor en el Valle del Jerte, realizamos un reportaje precioso que no se caracterizó por los cerezos sino por un imponente espacio llamado la garganta del diablo. Los novios fueron muy valientes para recorrer cada rincón de los pilones, paredes empedradas por donde corre el agua y por donde hizimos fotografías increibles y donde su cariño se demostraba a cada paso.

La segunda parte fue en la playa. El escenario que recorrimos fue la pequeña playa de Tagle, Santander. Tanto dentro como fuera del agua disfrutamos de imágenes para inmortalizar.

Podemos estar muy orgullosos de ser los testigos de la unión de dos almas y como fotografos congelar y conseguir preservar a través de imágenes unos días que jamás podran olvidar.

Te ha gustado? Compartelo

Deja un comentario